Cuando éramos ángeles
La periodista Clara Ibáñez es una mujer joven que lleva una vida tranquila, enclaustrada en Fuentegrande, un pueblo de menos de mil habitantes, dirige el periódico local aún habiendo tenido aspiraciones mayores. No se relaciona con casi nadie, a excepción de Chabela, la dueña del Hostal Las Rosas, donde come y duerme, además de beber para intentar olvidar la reciente muerte de su marido.
La aparición del cadáver de Fran Borrego, uno de los dueños de las tierras que rodean el pueblo, acaba mostrando una comunidad repleta de envidias, intrigas y tramas incompletas que provienen de un pasado que la protagonista desconoce. Ese pasado, que comienza en la adolescencia de Fran Borrego, actúa como un flashblack dentro de la propia historia. Mientras Clara Ibáñez inicia una investigación sobre la muerte del cacique, entrevistando a distintos personajes que pueden estar involucrados con su asesinato, el flashblack ambientado en los años 90, muestra al lector la verdadera historia de cada uno de ellos, así como el descubrimiento por parte de este grupo de adolescentes, del sexo, del amor, la ira, la amistad, la decepción y la venganza. De este modo se va armando una novela que juega con distintas realidades y cuyo único testigo es el lector, que no solo verá la evolución de estos personajes, sino la de la propia Clara Ibáñez.
La narración está marcada por dos elementos: la comida, que toma protagonista a través de las recetas de Chabela, y el sexo, que irrumpe en la vida de Clara a través de Fernando Alegría, uno de los personajes de los que la periodista sospecha, pero por el que siente una inevitable atracción.
Francia (éditions Actes Sud)