Una belleza convulsa
Secuestrado y sepultado en un zulo, el protagonista de Una belleza convulsa intenta comprender por qué ha sido elegido como víctima y recorre una y mil veces los cinco pasos de su infernal habitáculo. De no ser por esa caminata diaria, habría enloquecido ya de pánico y desesperación. Mientras anda, su memoria le trae el consuelo de los viajes que han marcado su vida en el País Vasco.